Ramen casero fácil
¿Te apetece un buen bol de ramen casero sin salir de casa, pero no sabes por dónde empezar?
Esta receta está pensada para quienes quieren preparar ramen casero sin complicaciones, con ingredientes que se pueden encontrar fácilmente en cualquier supermercado español.
No necesitas caldo de hueso cocido durante horas ni fideos importados desde Japón. Con unos pocos pasos y productos comunes como caldo de pollo, salsa de soja y noodles, puedes disfrutar de un bol de ramen casero reconfortante, sabroso y muy parecido al que sirven en los restaurantes.
Ideal para una noche de antojo, para sorprender a alguien especial, comer ramen en familia o simplemente para reconectar con la comida hecha en casa. Y si te animas, luego puedes personalizarla, mejorarla y hacerla tan tuya como quieras.

¿Se puede hacer ramen en casa sin complicarse?
Sí, se puede. Y no necesitas ingredientes exóticos, ni una olla hirviendo durante diez horas, ni una tienda japonesa cerca. Este ramen casero fácil está pensado para quienes quieren disfrutar de un bol reconfortante sin pasarse todo el día en la cocina ni vaciarse el bolsillo en productos difíciles de encontrar.
No es una réplica exacta del ramen tradicional que cocinan durante 10 horas en un ramen-ya, pero se le parece lo suficiente como para dejarte satisfecho. Y lo mejor: puedes ajustarlo a tu gusto, añadir lo que tengas en la nevera y convertirlo en tu versión personal.
Solo necesitas un buen caldo base (puede ser envasado), unos fideos de trigo, salsa de soja, un poco de jengibre o ajo y algunos toppings que probablemente ya tengas en casa. El resultado no será exactamente como el de un ramen-ya tradicional japonés, pero se acercará lo suficiente como para hacerte sonreír con la primera cucharada.
Lo mejor es que esta receta es personalizable: puedes cambiar la proteína, añadir más verduras, subir el picante o adaptar el nivel de sal. Es una base flexible, sabrosa y fácil de mejorar con cada intento.
Ingredientes (para 2 personas)

- 2 paquetes de fideos tipo ramen o noodles de trigo — puedes usar los clásicos asiáticos, fideos instantáneos (sin el sobre de sabor) o incluso fideos de huevo chinos si no encuentras ramen seco.
- 1 litro de caldo de pollo — casero o envasado, pero intenta que sea de buena calidad, con cuerpo. Si es bajo en sal, mejor: así controlas tú el punto final.
- 2 cucharadas de salsa de soja — da el toque umami y salado. Puedes usar shoyu suave o una mezcla de soja clara y oscura si quieres más intensidad.
- 1 cucharada de miso (opcional pero recomendable) — blanco o rojo, aporta profundidad al caldo. Si no tienes, puedes usar más salsa de soja con una pizca de azúcar o tahini.
- 1 diente de ajo — pelado y picado fino o machacado.
- 1 trozo de jengibre fresco (unos 3 cm) — cortado en láminas o rallado para intensificar el sabor del caldo.
- 1 cucharadita de aceite de sésamo tostado — muy aromático, da un toque ahumado y profundo. Úsalo con moderación.
- 2 huevos — puedes hervirlos 6-7 minutos para que queden con yema cremosa, o prepararlos estilo ajitama si quieres hacerlo aún mejor.
- 2 lonchas de panceta curada o bacon — pueden ir cocidas o doradas en sartén. También puedes usar jamón asado, restos de carne, o sustituir por tofu si prefieres una versión ligera.
- Cebolleta o puerro — en rodajas finas para decorar, aportan frescor y un toque crujiente.
- Opcionales: maíz dulce, espinacas frescas, setas salteadas, alga nori, zanahoria en tiras… cualquier topping vegetal que tengas a mano puede sumar.
Consejo: si quieres más densidad en el caldo sin añadir grasa, puedes mezclar un chorrito de leche de avena o una cucharadita de mantequilla al final de la cocción. Queda sorprendentemente bien.
Preparación paso a paso del ramen casero
- Prepara los huevos: llévalos a ebullición en agua fría y cuécelos durante 6 a 7 minutos según tu preferencia (6 min para yema más cremosa, 7 min para algo más firme pero aún jugosa). Inmediatamente después, pásalos a un bol con agua muy fría o hielo para cortar la cocción. Espera 5 minutos, pélalos con cuidado y resérvalos. También puedes marinarlos si tienes tiempo (ver receta del huevo ajitama).
- Haz la base del caldo: en una olla mediana, sofríe el ajo y el jengibre picado en una cucharadita de aceite de sésamo tostado, durante 1 minuto a fuego medio, hasta que suelten aroma pero sin que se quemen. Añade el caldo de pollo, la salsa de soja y el miso. Remueve bien para que el miso se disuelva y deja hervir a fuego bajo durante 10-15 minutos para que los sabores se integren.
- Prepara los fideos: cuece los fideos según las instrucciones del paquete. Normalmente bastan 3 a 5 minutos. Escúrrelos y enjuágalos brevemente bajo agua fría para detener la cocción y evitar que se pasen. Resérvalos en un bol con un chorrito de aceite para que no se peguen.
- Dora la panceta: si usas panceta fresca o bacon, pásalo por una sartén sin aceite hasta que esté bien dorado y crujiente. Si ya es curado y listo para comer, puedes usarlo tal cual o darle un golpe de calor. También puedes hacerlo al horno o en airfryer si prefieres evitar salpicaduras.
- Monta el bol: reparte los fideos en el fondo de cada bol. Vierte el caldo caliente por encima con cuidado. Añade medio huevo por persona, la panceta dorada y los toppings que prefieras: cebolleta fresca picada, maíz, espinacas salteadas, setas, alga nori o puerro en juliana. Sirve inmediatamente.
Consejos y variaciones
Este ramen es una base muy flexible. Puedes sustituir la panceta por pollo a la plancha, desmigado o asado, restos de carne del cocido o incluso tofu crujiente si prefieres algo más ligero. También queda genial con setas salteadas (shiitake, champiñones, portobello) y una hoja de alga nori seca cortada en tiras, que aporta un toque marino muy típico del ramen japonés.
Si no tienes miso, puedes aumentar la cantidad de salsa de soja y añadir una cucharadita de azúcar moreno, miel o sirope de agave para equilibrar el umami. También puedes añadir una cucharada de tahini (pasta de sésamo) para dar más cuerpo al caldo.
¿Te gusta el picante? Prueba con unas gotas de aceite de chile, una cucharadita de pasta de gochujang (coreana) o incluso unas rodajas de guindilla fresca. Si prefieres un toque cítrico, unas gotas de zumo de lima o un poco de ralladura le dan frescor al plato.
Y si quieres llevarlo al siguiente nivel, puedes añadir huevo marinado (ajitama), preparar el caldo el día anterior para intensificar el sabor, o tostar ligeramente los fideos antes de hervirlos para aportar un punto diferente.
¿Te ha salido bien el ramen casero? Cuéntanos cómo te quedó, qué ingredientes añadiste o qué truco descubriste.
Muy pronto podrás subir tu receta paso a paso, dejar fotos de tu bol o recomendar restaurantes auténticos en nuestro directorio nacional de ramen. 🍜
Porque cada bol tiene su historia, y queremos conocer la tuya. Ya seas fan del caldo intenso, de los noodles picantes o del ramen exprés de media noche... aquí tienes tu sitio.
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Felicidades por tu nuevo sitio. Te deseo mucho éxito. Yo he estado en España tres veces pero nunca se me ha ocurrido ir allá a comer Ramen jejeje. Me ha encantado esta receta, intentaré hacerla. Abrazo fuerte. Ana.
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