Un plato de ramen vegano

Ramen vegano fácil con productos del supermercado

Ramen vegano con productos del supermercado


¿Sin carne, pero con mucho sabor? Esta receta de ramen vegano casero es reconfortante, sabrosa y sorprendentemente fácil. Ideal para cualquier día, aunque no seas vegano.

No necesitas ingredientes raros ni hacer malabares en la cocina: este bol está pensado para prepararse con productos accesibles del súper, sin renunciar al umami característico del ramen tradicional japonés.

Si te interesa comer más vegetal, explorar nuevos sabores o simplemente quieres disfrutar de una comida caliente, rápida y nutritiva, este ramen te lo pone fácil. Y lo mejor: puedes adaptarlo a lo que tengas en la nevera.

¿Un ramen vegano que sepa a ramen?

Aunque muchas versiones clásicas de ramen llevan caldo de cerdo o pollo, la versión vegana puede ser igual de deliciosa si sabes cómo construir el sabor. Con una base vegetal bien hecha, ingredientes umami y algunos trucos sencillos, puedes preparar en casa un ramen vegano sabroso, reconfortante y asequible sin complicarte la vida.

Esta receta está pensada para que la disfrutes tanto si sigues una dieta 100 % vegetal, como si simplemente quieres reducir el consumo de carne, probar nuevos sabores o dar un descanso a tu estómago. El resultado no es una imitación: es una interpretación real y sabrosa del ramen, con su propia personalidad.

Utilizaremos ingredientes comunes que puedes encontrar en cualquier supermercado: setas, tofu, jengibre, salsa de soja, miso y caldo vegetal. Lo importante es equilibrar bien los sabores para obtener ese punto de umami profundo que tanto caracteriza a este plato japonés.

Ingredientes (para 2 personas)

Muestra los ingredientes para hacer un ramen vegano
  • 2 paquetes de noodles de trigo (sin huevo) — puedes usar noodles asiáticos secos, frescos o incluso los fideos instantáneos sin el sobre de sabor. Verifica que no contengan huevo si buscas una receta 100 % vegana.
  • 1 litro de caldo vegetal — casero o envasado, pero que sea de buena calidad y sin ingredientes animales. Si lo haces tú, una base con cebolla, puerro, apio, zanahoria y setas secas dará un sabor mucho más profundo.
  • 2 cucharadas de salsa de soja — el corazón umami del caldo. Aporta salinidad y sabor. Puedes mezclarla con tamari si necesitas una versión sin gluten.
  • 1 cucharada de miso (blanco o rojo) — opcional pero muy recomendable. El miso blanco es más suave y dulce; el rojo es más intenso. Puedes disolverlo con un poco del caldo caliente antes de incorporarlo.
  • 1 diente de ajo — pelado y picado fino o machacado. Añade fondo y calidez al caldo.
  • 1 trozo de jengibre fresco (unos 3 cm) — pelado y rallado o cortado en rodajas finas. Aporta frescor y un toque ligeramente picante.
  • 1 cucharadita de aceite de sésamo tostado — muy aromático. Da profundidad al plato. Úsalo con moderación.
  • Setas shiitake (frescas o secas) — las secas tienen más sabor. Si las usas, rehidrátalas en agua caliente durante 20 minutos y reserva el líquido para añadirlo al caldo.
  • Maíz dulce cocido — aporta textura y un punto dulce que contrasta muy bien con el caldo salado.
  • Espinacas o acelgas frescas — se añaden al final, apenas escaldadas, para mantener su color y nutrientes.
  • Cebolleta o puerro — en rodajas finas, para decorar. También puedes saltearlos previamente si quieres un sabor más dulce.
  • Tofu firme (opcional) — ideal para añadir proteína. Puedes cortarlo en cubos y dorarlo con salsa de soja antes de añadirlo al bol.
  • Alga nori o wakame (opcional) — da ese toque marino típico del ramen. Con una pequeña cantidad es suficiente.

Preparación paso a paso

  1. Rehidrata las setas secas si las usas: colócalas en un bol con agua caliente durante unos 15 a 20 minutos. Una vez blandas, escúrrelas y corta en láminas. Reserva también el agua de remojo, ya que contiene mucho sabor y puedes añadirla al caldo. Si usas setas frescas, límpialas con un paño húmedo y córtalas en láminas finas.
  2. Prepara el caldo: en una olla mediana, sofríe el ajo picado y el jengibre rallado o en láminas en una cucharadita de aceite de sésamo durante 1 minuto, hasta que desprendan aroma. Añade el caldo vegetal, la salsa de soja y el miso. Remueve bien hasta que el miso se disuelva y deja cocer a fuego medio-bajo durante 15 a 20 minutos. Si usaste setas secas, añade también el agua de remojo filtrada.
  3. Cuece los noodles: mientras se hace el caldo, cocina los fideos según las instrucciones del paquete. Suelen estar listos en 3 a 5 minutos. Escúrrelos bien y pásalos por agua fría para detener la cocción. Puedes añadir unas gotas de aceite para que no se peguen si no los usas de inmediato.
  4. Saltea los toppings: en una sartén con un chorrito de aceite o unas gotas de salsa de soja, saltea las setas, el tofu cortado en cubos (mejor si es firme o prensado) y las espinacas frescas hasta que se doren ligeramente o estén tiernas. Si lo prefieres, puedes hornear el tofu para que quede más crujiente.
  5. Monta el bol: reparte los noodles cocidos en el fondo de cada bol. Añade el caldo caliente con un cucharón y luego coloca por encima los toppings: setas, tofu, espinacas, maíz dulce, cebolleta y, si tienes, un trozo de alga nori o wakame. Sirve inmediatamente.

Trucos para potenciar el sabor

Aunque el caldo vegetal puede parecer suave comparado con uno de huesos, hay formas sencillas de intensificar su sabor. Añade una cucharadita de tahini (pasta de sésamo) o de crema de cacahuete natural para darle cuerpo y profundidad al caldo. No te preocupes: no sabrá a cacahuete, solo aportará umami y textura cremosa.

También puedes añadir unas gotas de vinagre de arroz para equilibrar los sabores, o un toque de aceite picante o aceite de chile justo antes de servir. Si lo prefieres más aromático que picante, prueba con un chorrito de aceite de sésamo tostado extra al final.

El tofu marinado en salsa de soja, ajo y jengibre es una opción excelente para añadir proteína y sabor. Si te gusta la fermentación, incorpora kimchi vegano (fermentado de col picante sin marisco) para un toque ácido y picante. Y si te apetece algo crujiente, unas tiras finas de zanahoria encurtida o rábanos dan contraste y frescor.

Este tipo de ramen es una base ideal para explorar y personalizar. Cada ingrediente aporta un matiz distinto, y lo mejor es que puedes ir probando combinaciones según lo que tengas a mano.

¿Has probado esta receta? Cuéntanos cómo te ha salido, qué ingredientes añadiste o qué versión hiciste tú.
Muy pronto podrás compartir tus fotos, variantes y consejos con otros amantes del ramen vegetal en nuestro directorio. 🥢

Porque cada bol tiene su historia y cada versión aporta algo nuevo. Y si descubres el ramen vegano perfecto… ¡queremos probarlo contigo!

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